Estos
cuadros están realizados con la milenaria técnica de la taracea que consiste en
la sucesiva incrustación de diferentes piezas (en este caso de madera) en un
fondo hasta formar un dibujo o escena previamente escogida.
Todos
estos cuadros están realizados totalmente a mano con cuchilla, sin utilizar
ningún tipo de máquina. Son todas piezas únicas e irrepetibles.
Taracea,
procedimiento de insertar pequeñas piezas de un determinado material en un
fondo macizo con el fin de crear un diseño decorativo. La taracea más utilizada
consiste en incrustar en madera El efecto del contraste depende del color y la
textura de los materiales utilizados. Por ejemplo, las maderas exóticas y
maderas ligeramente coloreadas, permiten diseños de gran belleza y finura. El
método normal requiere cortar el material que se va a incrustar con la forma
del diseño deseado, que puede ser figurativo o geométrico. Después se coloca
sobre el soporte en el que se quiera incrustar y se dibuja su contorno con una
cuchilla afilada. Se hace un hueco no muy profundo y se pega en su lugar la
taracea correspondiente. La superficie resultante suele ser, casi siempre,
lisa. Por lo general la taracea se utilizó para decorar muebles, instrumentos
musicales y pequeños objetos de madera. Se encuentran ejemplos de taracea
particularmente delicados en el mobiliario chino de la dinastía Ming
(1368-1644) y el manufacturado en la India para el mercado europeo a partir del
siglo XVII. En Europa la taracea se ha empleado sobre todo en los siglos XVI y
XVII. A finales del siglo XVIII y principios del XX se utilizó, debido a la
influencia del movimiento Arts & Crafts, sobre todo en muebles.
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